Inmovilizado Material. Está formado por terrenos, edificios y maquinarias que la empresa utiliza para producir variedad de productos, previa investigación y administración racional de la compañía para su posterior distribución. Se valoran a su precio de adquisición más los gastos adicionales en que se incurra antes de su puesta en marcha. Periódicamente, este valor se minora por la amortización. Pero desde el punto de vista del análisis del riesgo crediticio, hay que estudiar cuál es el “verdadero valor” de dichos activos, pues su valor contable puede estar muy distorsionado por la amortización y por la inflación. Asimismo, hay que estudiar la flexibilidad que la empresa tiene en el uso de tales activos; sustitución gradual o de equipos completos, etc. La cantidad de inmovilizado material que una empresa tiene, suele estar determinada por la actividad a que se dedique. Se entiende que el inmovilizado material es neto o bruto dependiendo de si se ha deducido la amortización o no. E.i.: fixed assets.
Inmovilizado Neto. Aquel inmovilizado que una vez deducidas las amortizaciones acumuladas queda reflejada. Así en el conjunto de las empresas españolas, según la Central de Balances del Banco de España, representa el 85,5% del activo total de las empresas; luego esta cifra relativa se reduce al 67% si no se contemplan las empresas públicas y las del sector energético, por el gran peso que ellas tienen en esta partida. E.i.: net fixed assets.